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Ana Latorre

Cosillas de mandalas

Los beneficios de esta práctica, qué utilidad tienen para combatir la ansiedad o como meditar con ellos. Descubre un poco más acerca de los mandalas.

La palabra mandala proviene del sánscrito, la lengua del yoga. Significa “círculo”. El círculo es la forma perfecta. Puedes encontrarla en la naturaleza en infinidad de manifestaciones. Del mismo modo podemos encontrar mandalas, círculos compuestos en torno a un punto central, en muchas de las cosas que nos rodean, en flores (una margarita), en frutas (una naranja cortada por la mitad) o en nosotros mismos (en nuestro iris).


Aunque en Occidente pintar mandalas no ha sido muy común, cada vez es más corriente. Y lo es porque la gente siente sus efectos de forma rápida. Entre otras cosas dicen que perciben cómo su mente se aquieta. En Oriente, este tipo de trabajo se ha hecho siempre. Se ha considerado una forma de meditación, un modo de provocar ese encuentro con nosotras mismas que tanto necesitamos y tan bien nos sienta. Pero diseñar y pintar mandalas tiene muchas más ventajas.


Beneficios de diseñar y pintar mandalas


Diseñar mandalas, y también colorearlos, nos va a reportar múltiples beneficios:


  • Incrementa la concentración

  • Despierta la atención

  • Estimula la memoria

  • Trabaja la paciencia

  • Potencia la autoestima

  • Aumenta la sensación de bienestar

  • Puede reeducar nuestras emociones


La mano y el cerebro


"El pilates tardó diez años en ser conocido en España y hoy todo el mundo tiene pilates en el gimnasio. Quizá dentro de unos años también sea habitual practicar esta gimnasia cerebral"- Estas palabras pertenecen a Ramón Mandado, profesor y grafólogo racional especialista en aprendizaje, atención o conducta.


Escribir y dibujar manualmente, estimula más áreas del cerebro que pulsar el teclado del ordenador.

Cada vez está más demostrado que ejercitar la mano, escribir y dibujar manualmente, estimula más áreas del cerebro que pulsar el teclado del ordenador. Coger un lápiz, una pluma, un rotulador implica un dominio de los músculos pequeños de las manos, muñecas y dedos.


Ramón Mandado ha investigado resultados, en concreto, con ejercicios de caligrafía. Pintar mandalas es otra forma de esa gimnasia mental que tan bien nos sienta. Y probablemente más relajada que la caligrafía puesto que a diferencia de la creación de un texto, diseñar un mandala no conlleva generar contenido o discurso mental.


¿Qué manda en ti? ¿Inteligencia, emoción o voluntad?



Sirva como curiosidad (darle credibilidad lo dejo a tu criterio) que según la caligrafía racional, la presión que pones en tus dedos indica la jerarquía que inconscientemente te dirige.


El bolígrafo, el rotulador, la pluma o el lápiz se cogen entre el dedo índice, corazón y pulgar. Esos dedos están relacionados con distintas cosas: El índice con la inteligencia; el dedo corazón con las emociones y el pulgar con la voluntad. Según cojamos nuestro instrumento de dibujo, podremos saber qué gobierna nuestra vida.


Otros elementos además de la presión, como el ritmo o la velocidad, también pueden darnos información: ¿cómo estamos de concentrados?, ¿cuánto estrés tenemos? Aplica correcciones y percibirás cambios.


Diseñar mandalas para la ansiedad


"El diseñar un patrón geométrico razonablemente complejo puede inducir un estado meditativo que beneficia a las personas que sufren de ansiedad". Así concluye el estudio ¿Puede dibujar mandalas reducir la ansiedad? De Nancy Curry y Tim Kasser. Para él seleccionaron a 84 estudiantes y les dieron para colorear un mandala, una forma a cuadros o una hoja de papel en blanco. Los que colorearon los mandalas o la forma a cuadros se relajaron más que los de la hoja en blanco.


"El diseñar un patrón geométrico razonablemente complejo puede inducir un estado meditativo que beneficia a las personas que sufren de ansiedad".

Meditar con un mandala


Los mandalas van a darle a tu mente un punto donde poner foco. Sobre todo si te cuesta concentrarte o relajarte. Tras un poco de entrenamiento notarás cómo, al meditar con un mandala, vas entrando en un estado de calma y mayor comunicación contigo.


7 Pasos para meditar con un mandala

  1. Prepara el espacio donde vas a practicar tu meditación: aire limpio (ventilado), luz suficiente y ambiente relajado.

  2. Busca un lugar y postura en la que sentarte que te permita permanecer un tiempo en quietud. No tiene porqué ser la postura del loto, ni siquiera en el suelo. Solo una postura en la que estés tan cómoda que no te muevas durante algún tiempo.

  3. Puedes ponerte una música relajante (hay montones de listas en Spotify) o permanecer en silencio.

  4. Coloca el mandala en un punto en el que puedas mirarlo sin forzar la postura, ni el cuello ni los ojos. A una distancia y altura suficiente. Prueba hasta que te encuentres cómoda.

  5. En calma cierras los ojos y llevas foco a tu respiración. Haz que sea lenta, larga y profunda. Espera unos minutos hasta que notes que tu mente se aquieta.

  6. Abre los ojos y mira el mandala desde el centro.

  7. Solo tienes que observar y dejarte llevar por él. Quizás se inicie un bonito viaje que te acompañe a ese lugar interno en el que se esconde tu paz.


Los mandalas simbolizan el cosmos. Y dentro de ti hay un infinito tan rico como el externo. Solo que el interno puedes hacerlo tan hermoso como desees. Tú dibujas sus formas. Como tu mandala.

Si quieres aprender a diseñar tus propios mandalas, prueba a hacer un curso de mandalas. En SAMA programamos de vez en cuando. ¿Quieres ver si hay pronto uno? Pincha aquí

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