Una de las cosas que me cautivan de todas las investigaciones que se están llevando a cabo en neurociencia , es la posibilidad de ir moldeando nuestro cerebro, la plasticidad cerebral. Tener acceso a modifficar nuestra mente es una realidad muy poderosa. Nos da las riendas de nuestra felicidad.
Si las vivencias que hemos ido teniendo a lo largo de nuestra vida han ido generando nuestra manera de entender las cosas, ahora sabemos que el recorrido inverso también funciona.
El pensamiento positivo, asociado al córtex prefrontal del hemisferio izquierdo del cerebro, nos hace liberar dopamina, el neurotransmisor encargado de hacernos sentir placer. Fácil, ¿no? Piensa positivo y empezarás a sentirte mejor. No es magia, aunque lo parezca. No es una cosa de flowerpowers ¡ES BIOQUÍMICA!
¿Sabes que si, por ejemplo, sonreímos aún sin ganas el cerebro entiende que estamos contentos y reacciona fisiológicamente como si lo estuviésemos?
SONRÍE. AÚN SIN GANAS. TE ENCONTRARÁS MEJOR, MÁS FELIZ. TE ENCONTRARÁN MEJOR, MÁS FELIZ. Y regalarás felicidad a tu alrededor.